La lección de amor verdadero de una madre cristiana con su hija transexual

La lección de amor verdadero de una madre cristiana con su hija transexual

Kimberly Shappley es madre de cuatro hijos. Se crió en el seno de una familia de fuertes convicciones cristianas en el corazón del estado norteamericano de Texas. De hecho, es miembro proactivo de su iglesia local. Todas sus convicciones las tuvo que poner en tela de juicio cuando, a los 18 meses de edad, su hijo Joseph Paul, que ahora se llama Kai, comenzó a dar muestras de su feminidad: ”Recuerdo una noche cuando Kai era un bebé y fui a taparle en la cama. Sus piernas estaban frías, levanté las sábanas y descubrí que le había sacado unas bragas a una muñeca y se las había puesto. Le apretaban mucho y le podían haber cortado la circulación. Después de esa experiencia, me di cuenta de que ya no podía ignorar algo muy real sobre mi hijo, es una niña”. Sus tres hermanos son varones por lo que en el ambiente familiar había una gran carga de testosterona. Kimberly le forzó a vestirse de chico, le compró disfraces de superhéroes e incluso le cortó el pelo pero Kai simplemente continuó siendo Kai.

Nina transexual Kai Shappley
La preciosa Kai durmiendo con su corona de princesa en la cabeza

Cuando Kai cumplió los 2 años la familia se percató que no podía ignorar sus comportamientos femeninos y plantearse si era transexual incomodó a Kimberly. Sin embargo, un psicólogo infantil que acude a la misma iglesia cristiana que Kim, le dijo que había una realidad que no podía ignorar y que tal vez, Kai fuese transgénero.

“Como madre cristiana no estaba dispuesta a ceder y permitirle a Kai su transición, especialmente siendo tan pequeña. Sufrí una lucha interna diaria. Me sentía culpable porque no podía ir en contra de todo lo que me habían enseñado a creer, y sin embargo, tampoco podía dejar que Kai viviera en tal agonía. No estaba lista para enfrentar el hecho de que uno de mis hijos de un año y medio de edad, era una niña. Esa batalla interna duró dos años”, le ha contado la madre al portal Good House Keeping.

Kimberly Shappley con una foto de su hija trans Kai
Kimberly mostrando una foto de su hija Kai

Poco después de que Kai cumpliera 2 años, los amigos y la familia estaban empezando a notar su comportamiento. “Viviendo en Pearland, Texas, eso significaba que estábamos recibiendo muchas miradas y preguntas. Kai decía que los niños eran groseros y la familia me preguntaban si este chico era gay. Me ponía nervioso, y estaba constantemente preocupado por lo que la gente pensaría de mí, de nosotros y de mi crianza. Ahora puedo reírme de eso. Es tan claro, en retrospectiva, que esta no fue una fase pasajera pero todavía no estaba lista para aceptarlo”, afirma la madre.

Nina transexual Kai Shappley y sus hermanos
Kai (la de camiseta roja y pantalones negros) jugando con sus tres hermanos

Cuando cumplió los 3 años, Kai se refería así misma como una niña y cuando su madre intentaba quitarle esas ideas de la cabeza, Kai se mantenía firme: “Decía que era una niña al menos seis veces al día. Todo era: “Soy una princesa” y “Soy una chica”. Cada vez que decía algo así le decía con firmeza: “No, eres un niño” pero nunca funcionó. Había azotes, gritos y oraciones interminables. Incluso me puse en contacto con la guardería de Kai y les pedí que guardaran todos los juguetes de “niña”. Cumplieron pero Kai nunca cambió su tono. La tenacidad y la valentía de esta niña es algo de lo que he aprendido mucho”, asegura la madre. Por eso buscó asesoramiento con un psiquiatra y encontró un grupo secreto en Facebook integrado por otros padres cristianos con niños transgénero. “No me juzgan ni a mi ni a Kai. Me hacen valiente porque habían pasado por lo mismo que yo estaba pasando”, explica Kim.

Cuando Kai tenía 3 años y medio, su madre leyó la historia de Leelah Alcorn, nacida como Josh Alcorn. Había expresado un deseo de vivir como una niña. Sus padres, muy religiosos, dijeron que no lo defenderían. Leelah más tarde escribió una nota a sus padres y un pasaje específico le llegó al corazón: “Incluso si usted es cristiano o contra las personas transgénero nunca le diga eso a su hijo. Eso no hará nada, solo que se odien a sí mismos”. La historia de Alcorn terminó trágicamente; ella se suicidó porque sus padres no le dejaron ser quien Dios le diseñó para ser. “Eso me golpeó demasiado cerca de casa. Había oído a Kai rezando para que por favor permitiera que Joseph volviera a casa y viviera con Jesús. Quiero decir, mi chica estaba pidiendo al Señor que la dejara morir”, explica la madre.

Familia de Kimberly Shappley
Kimberly Shappley con sus cuatro hijos y una amiga de su hija Kai

Cuando Kai cumplió 4 años tuvo que aceptar la transición por la determinación de la pequeña y desafió todos los consejos de familiares y de personas de su comunidad cristiana, se mudó con sus hijos. “Sabía que debía aceptar a mi hija exactamente de la manera que Dios la creó. Hombres y mujeres que son líderes en la comunidad transgénero animan a Kai para estar orgullosa de ser quien es”.

Luego llegó el proceso de la aceptación y empezó a ponerle a la pequeña ropa femenina, lo que Kai recibió con una gran emoción. La madre de Kai recuerda cómo fue su primera experiencia de vestirse como niña: “Unas semanas después de que dejara de castigar a Kai por “actuar como una chica”, se puso un manto de mago que había recibido como regalo de cumpleaños convirtiéndolo en su “primer vestido”. Me robó la venda de la cabeza para hacer un cinturón y tiró de su pelo hacia adelante tanto como fue posible”.

 “A pesar de la ignorancia y las palabras dolorosas de otros, elijo el conocimiento. Mi hija está en mayor riesgo de suicidio y / o ser asesinado en un crimen de odio. Por eso elijo amarla”, dice la madre dándonos a todos una muestra de que el amor incondicional puede contra cualquier creencia. “Sí, el desafío emocional ha sido grande, pero prefiero enfrentarme a ese reto yo mismo que hacer que mi hija se enfrente sola, como tantos niños transgéneros tienen que hacer porque sus padres no les dejan transición. Nunca ha habido un momento de duda o pesar después de tomar la decisión de dejar que Kai hiciera su transición. He aprendido mucho acerca de la identidad y la fe en amar a mi hermosa hija exactamente como ella es. Es una chica fuerte, feliz y alegre que espera que todo el mundo va a ser amable y bueno. Es su espíritu persistente lo que le ha permitido a la transición tan joven. Ella sabe quién es y no tiene ningún problema para asegurarse de que todo el mundo lo sepa”.

Ahora Kai tiene 6 años y es una niña sana, feliz, y sobre todo, rodeada de amor.

Fotos del Facebook de Kimberly Shappley

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