Estudiantes de secundaria recrean un medicamento contra el SIDA que cuesta 750 dólares por poco más de un 1 dólar
Un grupo de estudiantes de la Escuela Secundaria de Sydney, en Australia, han logrado recrear el ingrediente activo del Daraprim por tan sólo 1,50 dólares. Un medicamento cuyos derechos los compró en septiembre de 2015 la multinacional farmaceutica Turing Pharmaceutical que dirigía entonces el empresario Martin Shkreli. Este medicamento combate la toxoplasmosis, una infección parasitaria que puede causar problemas a las personas con sistemas inmunológicos debilitados, como los que padecen enfermedades relacionadas con el VIH, SIDA o mujeres embarazadas.
El tratamiento de la toxoplasmosis requiere tomar un mínimo de 100 píldoras y la farmacéutica aumentó el precio por pastilla del medicamento de 13.50 dólares (12,65 euros) a un 5.000%. Es decir, 750 dólares (más de 702 euros) por píldora. Shkreli se convirtió en el “hombre más odiado de USA” y quiso lavar su imagen lanzando en Twitter una campaña benéfica. Una mujer de Florida llamada Katie ganó la subasta por “pegarme un puñetazo” a Shkreli por el módico precio de 50.000 dólares, cantidad que el empresario donó a la familia del que fuera su amigo y encargado de relaciones públicas, Mike Kulich, fallecido en accidente de tráfico con tan sólo 29 años y cuyo hijo, Tyler, de cinco años lucha contra la leucemia linfocítica aguda.
La doctora Allice Williamson, profesora de post doctorado que dirigió al brillante equipo de estudiantes en Sydney que ha logrado recrear la pastilla, dijo que el objetivo del ejercicio era demostrar cuán injustificable era el aumento de precios cuando los estudiantes pueden recrear la fórmula. El grupo recibió el apoyo de la Universidad de Sydney y de miembros del consorcio Open Source Malaria para el proyecto llamado Breaking Good.
La doctor Williamson le dijo a The Guardian Australia: “Pensé que si podíamos demostrar que los estudiantes podían hacerlo en el laboratorio sin un entrenamiento real, podíamos realmente mostrar lo ridículo que era este alza de precios y que no había manera de que pudiera justificarse”.
Los estudiantes evitaron el método patentado de fabricar el medicamento pero trabajan con el doctor Malcolm Binns para encontrar una fórmula legal para poder comercializarlo.
Williamson dijo que estaba sorprendida por la pureza de la fórmula química: “Es uno de los espectrógrafos más bellos que he visto en realidad”, le dijo al Sydney Morning Herald. “De los 17 gramos de material de partida, los chicos produjeron 3,7 gramos de pirimetamina, el nombre químico de Daraprim. Eso equivale a unos 110.000 dólares de este medicamento”, dijo.
Pero los estudiantes no podrán venderlo en los Estados Unidos porque se encuentran con trabas legales. En Australia, cincuenta tabletas de 25 miligramos de daraprim cuestan 12,99 dólares australianos (9,07 euros).
“Mientras que el medicamento esté bajo la patente de Turing Pharmaceuticals, controlará su distribución y venta a través de un resquicio legal llamado el “modelo de distribución cerrada”, dijo el profesor Todd.
Lo que este equipo de estudiantes y profesores universitarios han logrado demostrar es que las grandes farmacéuticas son entidades que únicamente se deben a los números. Ahora toca que se legisle para que este tipo de medicamentos llegue a más personas que los necesitan y quem por desgracia, no se lo pueden costear.
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