FELGTB se solidariza con el cantante Miguel Poveda en su denuncia por insultos homófobos

“Fantasma y pedazo de maricón”, estos son algunos de los calificativos despectivos que le dejó en su móvil personal, Antonio Benítez, presidente de la peña flamenca “Enrique El Mellizo” de Cádiz al cantaor Miguel Poveda. Tenía varios compromisos profesionales y personales que le impedían cantar en el festival “Los Jueves Flamencos de Cádiz” y no le sentó bien al presidente de la peña y organizador del evento. En una carta abierta, Poveda dice públicamente que “no es de recibo que en pleno siglo XXI se hagan este tipo de insultos que ensucian la imagen del Flamenco y entorpecen el camino a la tolerancia”, por lo que ya ha anunciado que llevará a los tribunales el incidente y ha comunicado que “con todo el dolor” de su corazón dejará de ser socio de honor de esta asociación flamenca. La FELGTB ha anunciado hoy que le manda todo su apoyo a Miguel Poveda y se pone a su disposición para lo que pueda necesitar.

“El insulto de carácter homófobo y la discriminación a las personas LGTB están tan arraigados en nuestra sociedad que es imprescindible una ley integral que lo combata desde todas las perspectivas posibles. No desaparecerá la LGTBfobia, pero se hará una labor pedagógica importante y se pondrán herramientas para la prevención de la misma y para facilitar la lucha contra las agresiones que se sigan produciendo”, afirma Jesús Generelo, presidente de la FELGTB.

El Estudio 2013 sobre discriminación por orientación sexual e identidad de género, llevado a cabo por COGAM y FELGTB, señaló que el 45% de la población LGTB encuestada había sufrido recientemente algún tipo de discriminación en diversos ámbitos: educativo, laboral, prestación de servicios, etc. El estudio también mostraba que sólo una minoría de las víctimas llegan a presentar denuncia.

Por otra parte, Generelo le recuerda al Gobierno en funciones y a los partidos políticos que sigue pendiente una Ley de Igualdad LGTBI y contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género, tal y como ya tienen, por otra parte, Cataluña y Extremadura.