Las Salazar de los Gipsy Kings: “Los gays y las travestis son como los gitanos que les gusta el brillo”
¡Por fín se desveló el secreto mejor guardado del concepto de Brilli Cueri! Una semana más os contamos las andanzas de estas cuatro dinastías gitanas que en esta tercera temporada están arrasando la noche de los jueves y que nos demuestran que los guionistas de Cuatro son unos genios inventando las situaciones más rocambolescas y disparatadas para unos personajes con mucho desparpajo que se desenvuelven con naturalidad frente a las cámaras.
Las reinas del brillo gitano, Las Salazar, salían de compras con el encargo de traerse abalorios y telas para confeccionar las tres piezas que les encargaron para el Orgullo Gay creando dos modelitos que combinasen cuero con mucho brillo y un body psicodélico para la nieta travesti de su vecina Paqui. Para ello, madre e hija contaron con el asesoramiento de Isa y Desi, primas del marido de Noemí: “Nos han llamado para triunfar el Día del Orgullo Gay”, les explica Raquel y su hija sentenciaba: “Hemos creado una nueva moda que se llama Brilli Cuero, como Pitingo con el flamenco fusión”, recalcaba Noemí.
Raquel tenía dudas de qué comprar: “A lo mejor las flores es muy femenino” pero lo recordaron “¡Es que ellos son femeninos!” Después de recorrer varias tiendas Noemí recordaba a su madre: “Cuando más extravagante mejor… Mucha piedra, mucha piedra, máma, cómo en la Cabalgata de Reyes!” Y le aconsejaban que se decantase por un complemento con mucha pedrería: “¿Te imaginas al gay con estas lágrimas en la cabeza bailando La Zarzamora?”, preguntaba la diseñadora Raquel. Pero le convencieron: “Va a quedar súper, súper espectacular”, decía la modista que quiere ser empresaria.
Llegaba el momento de mostrar sus creaciones a los modelos para los que creó el brilli cuero y las Salazar los citaron en su barroco hogar pero se presentaron tres: “Me vienen 3 y tengo dos modelos. Uno es más mayor… no sé si es su padre que viene a verlo o si es gay no creo que sea su padre porque serían adoptados”, reflexionaba Noemí.
Pero los modelos chulazos les sacaron de las dudas. Se trataba de un amigo que venía de San Francisco para el Orgullo y que quería que le pusiera un “mohawk” (una cresta punk) a base de clavos dorados y tachuelas. Las Salazar respiraron cuando se enteraron que eso era para la cabeza. El norteamericano quería pegarlo ¡con súper glu! y preocupada Noemí le advirtió: “¿Si eso quema?… Una vez se me cayó una bola del árbol de Navidad y le cayó una gota (de súper glú) a mi hermano en el pie y le hizo una quemadura de tercer grado?”, dijo preocupada. Pero Raquel le encontró una solución mejor y le propuso como alternativa colocarse un abalorio con mucho brillo en la cabeza. El norteamericano entusiasmado repetía: “I love it”.
Mientras tanto, los modelos se habían ido a cambiar al cuarto de Carlos y cuando salieron ¡sorpresa! Sus mini pantalones y chaquetillas leather habían cobrado un aspecto muy diferente cargado de remates y complementos con tanto exceso de brillo que parecían dos bolas de discoteca andantes pero, aunque las Salazar se quedaban sin aliento, por fín pudieron respirar tranquilas: “Me encanta, el dorado es increíble”, repetían entusiasmados los chulazos. Este triunfo se completó cuando Raquel fue a una tienda de telas y eligió una con más dorados que un rey para confeccionarle su esperado vestido psicodélico a Ursula, la nieta travesti de su vecina Paqui.
Mientras eso pasaba en Madrid, en Sevilla el peluquero Cristo Contreras colocaba una pasarela en pleno centro del humilde barrio de las 3000 viviendas para que lo pisara Manuel Cortés, el peluquero influencer más famoso del mundo gitano.
Tras hacer una apoteósica presentación en la que Cristo se colocó billetes en sus gafas de sol (al estilo princesa Leia con sus roetes) a la vez que comentaba “Me entró sensación de poder, de aquí estoy yo”. Pero había que pasar la prueba de fuego de la Masterclass de peluquería y para festejarlo a brindar: “No puede faltar una botella de Moët & Chandon”, decía Cristo pletórico.
Mano a mano los dos peluqueros demostraron lo que sabían hacer en plena calle: “Tú vas a ser mi conejillo de indias porque nunca he pelado a un hombre”, decía un nervioso Cristo dispuesto a hacer un tribal en el pelo a un cliente voluntario. Y allí echaron la tarde hasta que “cayó el manto de la noche”, dijo un pletórico Cristo cuyo corte se salvó de ser la Matanza de Texas.
En este impás, Saray Montoya, la reina gitana de las 3000” estaba ajena a la traición perpetrada por su amigo pero fue a comer a casa de su madre, Loli, y ella fue la encargada de decirle que se había enterado que su amigo peluquero se había montado por su cuenta: “¡Me ha dado una puñalada por la espalda con lo que el Cristo es para mí!”, se quejaba echando chispas por los ojos y como un toro a punto de embestir.
Y allí que Saray Montoya salió a la calle dispuesta a encontrar a Cristo y formarle la mundial y se lo encontró sentado en la terraza de un bar: “Te has revelado con la mano que te ha hecho persona. Eres un cobarde que solo sabe volver la cara”, le increpaba a gritos la Montoya ante la perpleja mirada de los transeúntes. “Sí, me lo he montado por mi cuenta. Me sentó muy mal que me ofrecieras ser la ayudante de la peluquería de Naiara ¿me estás amenazando?”, le contestaba el peluquero y allí que llegó la sentencia: “Me voy a encargar Cristito que te vas a sentir como la principio… terminó el Cristo Contreras que peina por 200 euros y vas a tener que peinar otra vez por 5 euros”, le dijo Saray furibunda. “Soy muy rencoroso y a mí el que me la hace, la paga”, sentenciaba Cristo “Me da igual lo que pienses, hasta luego”, se despedía de Saray que salió corriendo como alma que lleva el diablo ¿Será este el fin de una bonita amistad?. Seguiremos informando.
Un capítulo en el que tampoco faltó las andanzas asiáticas por Tailandia de los Fernández Navarro, los “reyes del lujo gitano” que pasaron 12 horas metidos en el tren de la muerte para llegar a Chiang Mai, donde se montaron en elefante y probaron lo que es aventura practicando tirolina y terminaron de copas y juerga en una piscina en la isla de Phi phi mientras en Mallorca su prole pasaba un mal rato montando en parasailing y se iban de mariscada a costilla del patriarca.
En Plasencia, los Jiménez “reyes del mercadillo” eran invitados a pasar unos días en una granja rural en Lugo, gracias a que la Rebe ganó el certamen de “Miss Gitana” y se afanaban en darle el último capricho a la adolescente de crear una muñeca a su imagen y semejanza. Tras el fallido intento de crear una propia con piezas sueltas de varias muñecas al estilo Frankestein se decidieron en llamar a un experto que se la hiciera pero algunas de las llamadas no dieron en el clavo a la primera porque eran fabricantes de “muñecas para la cópula”, un concepto que la madre de la Rebe no lograba entender: “¿Qué eso de la cópula y eso de muñecas para el sexo?” ¿Conseguirá la Rebe su muñeca tuneada? Y lo más importante ¿se pedirá la Rebe con Juan, el chico con el que “roneaba” por teléfono a espaldas de sus sufridos y entregados padres, de vuelta de sus agrovacaciones en Galcia, ?
Todas estas incógnitas os las desvelaremos la semana que viene.
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