Los talleres LGTBI en el punto de mira: ¿necesidad o adoctrinamiento?
Asociaciones como COGAM imparten talleres LGTBI a chicos y chicas de entre 16 y 20 años de la comunidad de Madrid.
La semana pasada, Vox registró un escrito en el Parlamento regional en el que reclama al Consejo de Gobierno información sobre los centros públicos y concertados que dan charlas LGTBI.
En concreto, Vox pide la “fecha de celebración de la actividad, el centro en el que se realiza, el temario o información trasladada, breve descripción de la actividad o experiencia desde 2015 incluido hasta la fecha actual, nombre y apellidos del ponente o ponentes y cuál ha sido la clase o clases destinatarias”.
Por ello, COGAM interpreta que esta petición de información es un “ataque directo” al colectivo y supondría un “delito de odio” que “debe ser perseguido” y se ha preguntado si el partido político aspira a hacer “campos de concentración” al colectivo LGTBI.
Por su parte, el vicepresidente de COGAM, Jesús Grande, ha explicado que cada taller se adapta a cada centro y se articula mediante una charla previa con los profesores para adecuarlo a cada curso. Grande ha relatado que estas actividades vienen precididas por una “demanda” del instituto que ha visto “comportamientos LGTBIfóbicos” en el interior de sus instalaciones. Por eso, se trabaja de forma específica en cada sitio.
Los jóvenes que asisten a los cursos cuentan situaciones de niños que habían tenido muchos problemas para salir del armario y leyeron cartas de chicos que se habían llegado a suicidar.
Aidan Guest explica que estos talleres le han cambiado su día a día en su instituto de Villanueva de la Cañada. Confiesa que le hacia bullying por ser homosexual. Cuando se cansó le dijo a su profesor que le llamaban ‘maricón’, y el profesor respondió que pasara del tema.
“A partir de 3º y 4º de la ESO la cosa cambió y mis compañeros eran bastante más abiertos de mente, aunque sí es verdad que había cierto rechazo a informarse sobre algunos temas o se hacía la típica broma”, recuerda Aidan. Tras los talleres, incluso llegaron a crear un comité de alumnos contra las agresiones por la orientación sexual. “Los que me insultaban iban cambiando de clase o repitiendo, pero muchos de ellos también cambiaron de mentalidad y me llegaron a pedir perdón por el daño causado”.
“Los profesores de religión, que se negaban a que nos dieran información sobre temas LGTBI y de educación sexual, tenían mucha influencia”, lamenta este joven de 19 años.
Otro caso es el de Gabriel Díaz de Tudanca que inició la transición con 14 años en un colegio religioso. Hasta entonces, solo había escuchado las “típicas charlas” centradas en la genitalidad. “Vulva con pene, pene con pene, cómo se pone un condón y VIH. Todo muy heteronormativo”, recuerda. Por eso, él tuvo que buscar información por su cuenta. Como solución se matriculó en el instituto San Isidro, en el centro de Madrid, donde empezó a asistir a talleres de COGAM y Galehi.
Deje un comentario