Marketing para Gays… ¿FUNCIONA?

Mentiríamos si dijésemos que el colectivo no tiene unos gustos muy bien definidos en cuanto a oferta de ocio, turismo o diferentes entornos culturales como la música o el cine. Eso sí, ni es correcto generalizar, ni tampoco sectorizar y catalogar ciertos productos sobreentendiendo que están dirigidos sólo a gays. El marketing aquí tiene un arduo trabajo por delante, y a veces acierta, pero en otras ocasiones da palos de ciego y se equivoca cayendo en estereotipos y tópicos que pueden incluso obtener el resultado contrario al deseado.

Por ejemplo, sí que es interesante descubrir resorts orientados a fiestas gays, ya que en ese caso sí se busca un ambiente determinado. Sin embargo, ha habido casos tan sonados como el del Tom’s Casino, que hace dos años se autoproclamó como el único casino orientado a un público gay. ¿Qué hicieron? Cambiar las fotos de las sexy croupiers por dibujos de chicos ligeros de ropa que buscaban atraer a hombres homosexuales a sus salas. Lo que sucedió es que recibieron más críticas que otra cosa: mujeres que se quejaban de que el tratamiento seguía siendo diferencial, y clientes que, en definitiva, alegaban que siempre se decidirían por el casino con un mejor bono de bienvenida sin tener en cuenta este tipo de reclamos, y que en parte se sentían ofendidos por ser tratados como mosquitos que acuden a la luz sin ser capaces de tomar una decisión basada en la lógica.

Por supuesto la polémica siempre trae quienes sencillamente se lo toman como una broma y les resultan simpáticos los dibujos y valoran el esfuerzo, pero en general de lo que se habló fue de que se prefería la integración antes que la división de ambientes. De la misma manera, muchos otros productos han caído en lo hortera para aproximarse al colectivo sin comprender primero qué buscamos realmente. No obstante, es innegable que ciertas estéticas y rostros funcionan, pero el problema sigue siendo, en los casos en que no tienen éxito, el enfoque, la falta o el exceso de sutileza y el nivel de empatía. Aún así, poco a poco se va avanzando hacia una normalización de la publicidad de productos y servicios orientados al mundo gay, y de vez en cuando, alguien da un paso de gigante y crea una revolución inspiradora para el resto de agencias.