Martina Gual, joven trans en El Intermedio: “Me tuve que desnudar para poder cambiar el DNI”
El autobús del respeto de El Intermedio, el programa que dirige el Gran Wyoming en La Sexta, continúa su periplo para recoger las voces contra la transfobia de Hazte Oír: “La identidad de género no se elige, que no la elijan otros por tí”, reza su eslogan. El tema ha tenido tal trascendencia mediática social que hoy llegaba hasta el Congreso de los Diputados en forma de pregunta. Por un lado, Unidos Podemos preguntará porque no se cumplen a nivel estatal los protocolos de igualdad de educación en género y, por su parte, el PSOE solicita la revocación de “utilidad pública” a la asociación ultraconservadora de Hazte Oír.
Anoche, en el Intermedio el Wyoming criticó que el autobús de Hazte Oír recorre de nuevo las calles con la oposición de la mayoría de la ciudadanía. Haciendo un alarde de desafío han cambiado su eslogan de “Los niños tienen pene y las niñas tienen vulva que no te engañen” por la palabra “Censurado” y la recogida de firmas por una campaña con la que pretenden lograr “libertad de expresión”. Por cierto, la policía de Madrid volvió a inmovilizar el bus en Cibeles por considerar que incumplía la normativa sobre publicidad.
Aludiendo a esa petición que hacía Hazte Oír, el Gran Wyoming invitó a los ultracatólicos que comanda Ignacio Arsuaga que el bus hiciera un tour alternativo por los países europeos en los que “iban a ser recibidos con los brazos abiertos”. El presentador, basándose en los datos que cada mes de mayo, ILGA-Europa publica de su reseña de Rainbow Europe, donde revisa la situación de los derechos humanos y evalúa cómo es la vida de las personas LGBTI en todos los países europeos, les recomendó a Arsuaga que visitara Mónaco (con sólo un 11% de habitantes que aceptan a las personas LGBTI), Macedonia con un 16%, Turquía con un 9%, para terminar en Azerbaiyán con un 5%.
Esta semana el autobús del respeto de El Intermedio se encuentra de gira por España y se han llevado a Gonzo, quien aprovechó para hablar con madres de menores transexuales y también con personas trans adultas. Algunas de las cuales le dijeron: “Si me cortaran el pecho seguiría siendo una mujer, porque yo me siento mujer, mi hija exactamente igual”, señalaba una madre, mientras que otra aseguraba que “tu identidad de género es algo que sientes, no es algo educacional” o la denuncia de un chico trans: “Tenemos un sistema médico que nos estigmatiza”.
El efecto positivo del bus transfóbico de hazte Oír es que ha logrado el efecto contrario: Que se de voz a las personas trans anónimas de nuestro país para que puedan expresar sus retos, problemas, sus sentimientos y sus dificultades. Ayer el bus de El Intermedio estuvo en Valencia y ante la puerta del Ayuntamiento, Gonzo se entrevistó con el alcalde de la capital, Joan Ribó, quien le dijo: “Es una cuestión de respeto a los derechos humanos de chavales y chavalas con problemas de acoso escolar y que esta campaña de Hazte Oír no les favorece”.
Un caso que nos llamó la atención fue el de la joven trans de 25 años, Martina Gual. Ella es la orgullosa sobrina del que fuera alcalde del PP de su pueblo natal, Torreblanca. Martina es azafata de vuelo, auxiliar de enfermería, vivió un año en Ámsterdam por motivos laborales y habla perfectamente el inglés. Hace 4 años que comenzó su transición y su testimonio con Gonzo es una muestra más de cómo son las historias cotidianas y las dificultades de cualquier chica trans en nuestro país.
Sobre el despertar a su sexualidad le dijo a Gonzo: “El peor momento para mí fue la adolescencia porque te aparece la barba y no te aceptas y llegas a pensar que en otra vidam, si la hay, tendré la suerte de nacer chica y, sobre todo, la desinformación. A mí nadie me habló de reasignación de sexo”.
Martina celebra dos efemérides en el año, la fecha de su nacimiento y la que nació como mujer, un 16 de febrero, “fue el primer día que salí a la calle como una chica, bueno como una mamarracha porque llevaba unas pintas… pero yo me sentí mujer”, asegura la joven.
Con respecto a la aceptación que ha tenido de su entorno de amigos y familia, Martina explica “Mis padres no se sorprendieron porque se daban cuenta de que tenía la voz menos grave y no dejaba que me creciera la barba pero después llegó el periodo de gestación de 9 meses en los que empiezan a preguntarse si la hormonación tendrá efectos secundarios, si las operaciones las cubre la Seguridad Social…”.
Para Martina el momento más cruel y humillante de su vida fue cuando solicitó el cambio de nombre en el DNI: “Para que te den el documento nuevo te tienes que haber estado hormonando durante dos años. El peor momento de mi vida lo pasé en enero de 2016 cuando me tuve que desnudar delante de una abogada forense para demostrar que soy una mujer”.
Martina reconoce que tantos años apareciendo delante de toda la gente de su pueblo como un chico que aún hay muchas personas que no aceptan su cambio: “Me siento como el Biopark Valencia”, asegura, “cuando voy a mi pueblo no puedo salir a la calle porque mis abuelos aún no saben que he hecho la transición”.
En cuanto al tema del amor, Gonzo le preguntó si le costaba ligar con los chicos: “Los ligo yo pero el problema es la desinformación y el hecho de que tenga que estar dando explicaciones de que soy una chica trans como si decirlo definiera quién eres. Ellos me contestan: “Soy hetero”, y les contesto: “Yo también porque me gustan los chicos”… y no lo entienden”.
Hoy el autobús del respeto de El Intermedio viajará a Barcelona y en Loottis nos encanta la labor de información que nos están dando.
Fotos: Pantallazos de El Intermedio
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