Regular la Gestación Subrogada en España: Una necesidad para sacar a miles de niños del “limbo legal”

Regular la Gestación Subrogada en España: Una necesidad para sacar a miles de niños del “limbo legal”

Más de un millar de niños españoles nacen cada año en el extranjero a través de madres de alquiler. Sin embargo, la Fiscal General del Estado, Consuelo Madrigal, a finales del mes de agosto se oponía a la inscripción en el Registro Civil español de los niños nacidos en otros países por maternidad subrogada, entendiendo que el contrato en virtud del cual la gestante renunció al recién nacido en favor de quienes aspiran a ser sus padres es nulo en el ordenamiento jurídico español, de acuerdo con lo establecido en el artículo 10 de la Ley 14/2006 de Reproducción Asistida. “Este es también el criterio que señala la Fiscalía de Sala de lo Civil”, afirmaba. Una actitud que ha sido calificada como “insultante y frivolizante de la paternidad” por parte de asociaciones como SNH (Son Nuestros Hijos) y por la Gestación Subrogada en España.

Sin embargo, la semana se vio una luz a final del túnel tras la presentación del Informe de la Fiscal General del Estado que supone un espaldarazo a las tesis de regulación a favor de los vientres de alquiler.  Mientras que la Ley de reproducción asistida declara los contratos de gestación subrogada como nulos de pleno derecho, la Dirección General de Registros y Notariado, aplica otra norma que garantiza los derechos constitucionales y la filiación de los hijos de españoles a través de una instrucción técnica.

Esta situación ha llevado a la Fiscalía General del Estado a unirse a la realidad social, e identificar esta incongruencia con la que se trata a los ciudadanos dentro del marco jurídico español, lo que deja entrever la necesidad de regulación de estos procedimientos para garantizar no solo la inscripción de una manera garantista sino también la adaptación de una ley que queda obsoleta por los avances sociales. Y esta tendencia viene avalada por el  colectivo profesional independiente de la Sociedad Española de Fertilidad que también propone la regulación en su memoria anual.

Cada vez son más las estructuras jurídicas y administrativas que ven la clara necesidad de regular con la finalidad de evitar libres interpretaciones del legislador. El primero fue el Ministerio de Justicia a través de su Dirección General de Registros y del Notariado con la aprobación de la Instrucción de 5 de Octubre de 2010, siguieron las sentencias del Tribunal de Derechos humanos Europeo de 26 de Junio de 2014 (casos Mennesson y Labasse contra Francia) y de 27 de Enero de 2015 (Paradiso y Campanelli contra Italia) de obligado cumplimiento.

En el mes de marzo pasado  fue tumbada la Proposición No de Ley (PNL) presentada por Ciudadanos en la Asamblea de Madrid sobre la gestación subrogada. El PP defendía que la gestación subrogada era “ir contra natura” y el Tribunal Supremo dijo que era incompatible con las relaciones familiares, la dignidad de la persona, la protección de la infancia, además de favorece la comercialización de la maternidad. Pero no todo está perdido porque Toni y Pablo, una pareja que viven en Valencia, lograron un hito en julio pasado: Que un tribunal les reconozca la filiación a ambos de sus gemelos nacidos en México gracias a un vientre de alquiler.

Que los políticos no se pongan de acuerdo en este país para formar Gobierno está frenando muchas iniciativas. Esperemos que la justicia vaya por delante de lo que realmente demanda la sociedad y se legisle a favor de la infancia y de esos niños que en nuestro país permanecen en un “limbo legal” por haber nacido mediante un vientre de alquiler.

La ralentización de la adopción, el matrimonio homosexual y la visibilización de las familias han incrementado el interés por la subrogación en España. La gestación subrogada implica que una mujer se ofrezca a gestar a los hijos de parejas que no pueden hacerlo por sus propios medios. Es ilegal en España, por lo que las parejas interesadas lo hacen en el extranjero. EE UU es el país más garantista y donde el proceso es más caro (llegando a costar unos 120.000 euros) y está claro que no todas las parejas se lo pueden permitir. Llegan casi tantos niños por la subrogación como de la adopción internacional pero la situación de las gestantes en países pobres despierta serios recelos éticos.

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