La película contra la que se revuelve la ultraderecha homófoba en Georgia
El director Levan Akin, quería contar la historia de amor y descubrimiento de dos jóvenes bailarines en "Solo nos queda bailar". La idea nació en 2013, cuando la Iglesia ortodoxa y algunos grupos radicales convocaron a miles personas para impedir que se celebrase una manifestación del Orgullo LGTBI en Tbilisi. Tras este incidente, Levan Akin, se dio cuenta