Turismo gay en países musulmanes: Cuatro destinos para disfrutar pero en guetos
En el Islam sunita, el Gran Mufti es el más alto oficial de la sharia y, a menudo, citado como la más valiosa fuente de información sobre cómo aplicar la ley islámica. Shawki Allam, el Gran Mufti de Egipto, ha concedido una entrevista al diario alemán Süddeutsche Zeitung en la que afirmó que “La homosexualidad no es aceptada en el Islam, es un pecado, aunque las personas homosexuales no son seres humanos de segunda clase y nadie tiene derecho a atentar contra sus vidas”. El Gran Mufti también habló sobre la matanza de Orlando: “Incluso si vemos la homosexualidad como un pecado religioso, no da a nadie el derecho a lastimar a otra persona. Lo que ocurrió en Orlando es totalmente inaceptable. No podemos tomar la ley en nuestras propias manos”, explicó. Shawki Allam, que fue nombrado en el año 2013, tiene una visión moderada, abierta a la colaboración con otras religiones y en contra el fanatismo. Pero todos sabemos las dos varas de medir que el Islam tiene con respecto a la homosexualidad.
En Loottis denunciamos la hipocresía de muchos países islámicos en torno a la homosexualidad. En nombre de la moralidad y la religión (cuanto daño y sufrimiento han causado ya estos argumentos), muchos de estos Estados han instaurado un estilo de vida clandestino donde lo que no se ve, no existe. Una situación que no consigue enmascarar sus vergüenzas más aberrantes, donde las relaciones sexuales entre hombres son escondidas al extremo por miedo a las brutales represalias dirigidas desde gobiernos y líderes religiosos musulmanes.
Escudados en la creencia en países de mayoría musulmana que “maricón es el que recibe, no el que da” y escondiéndose tras esta falsa premisa, muchos hombres satisfacen sus deseos carnales con otros hombres. Pero sólo los pasivos sufrirán la deshonra de estas relaciones sexuales. La cultura de la ignorancia justifica todo para quienes no quieren ver la realidad. Tal vez, no sería mala idea, obligarles a leer con mayor atención el ejemplo de la literatura popular árabe medieval más conocido, Las mil y una noches, porque en él, las referencias al amor homosexual son abundantes. Y la cultura es la única capaz de acabar con tanta vergüenza.
Ser gay y vivir en un país árabe que se rige por la ley islámica es complicado y a veces imposible. Pero la cosa cambia cuando se trata de turistas, todo ello forma parte de la hipocresía de la sociedad árabe en general y particularmente de los que les gobiernan.
Los turistas gays, por regla general, tienen un gran poder adquisitivo y es un nicho de mercado que nadie desperdicia. Lo mismo pasa en esos países, son conscientes del gran aporte económico de este tipo de turismo pero prefiere mantenerlo de forma oculta, llegan a un tipo de pacto el gobierno con las autoridades para no castigar a los turistas gays e intentar hacerles las cosas bastante más fáciles para que repitan.
Para poner ejemplo de que el dinero prevalece sobre la religión, aquí están los cuatro destinos musulmanes a los cuales nuestros lectores gays pueden viajar con “cierta” tranquilidad:
Indonesia
Aun que no es islámico, la República de Indonesia es la nación con más musulmanes del mundo y casi el 90% de su población es musulmana. Por eso, para el turismo gay es difícil viajar a Indonesia y vivir abiertamente su sexualidad ya que es un país con muchos tabúes.
En cambio, en Bali, nos encontramos con el Hotel Spartacus que es un hotel nudista y 100% gay. En este caso se ve claramente como por cuestiones claramente económicas, indonesia se baja los pantalones y habilita una zona especial para el colectivo LGTB.
Túnez
Una de las zonas más abiertas, no sólo a los turistas homosexuales, sino a todo tipo de turistas es Hammamet. Allí puedes pasear tranquilamente con tu pareja que sabiendo que sois turistas no tiene porque pasar nada, siempre dentro de cierta normalidad.
Desgraciadamente, Túnez hoy en día está bajo mandato islamista y se ha convertido en un país poco abierto para este tipo de turistas.
Turquía
Turquía también es un país mayoritariamente musulmán. Pero como parte de esta doble moral, son conscientes que el colectivo LGTB es un buen nicho de mercado en lo que a turismo se refiere, por eso Estambul la ciudad más turística de Turquía, permite que haya turistas homosexuales. Lo bueno en esos países es que es mucho más difícil reservar una habitación de hotel con una chica local que con un chico, ya que está mal visto. Si quieres vivir tu propia Pasión Turca Gay, no puedes dejar de visitar Estambul.
Marruecos
He aquí el Rey de todos los reyes, el país más hipócrita que cuenta con una Ley penal que castiga la homosexualidad con meses de cárcel y multas económicas. En Marruecos, las ciudades de son ciudades bastante frecuentadas por turistas gay, y eso la autoridad Marroquí es muy consciente de ello, pero hacen la vista gorda porque no les interesa perder una de las mayores fuentes de ingresos del Reino.
Marrakech es la ciudad que enamoró el diseñador Yves Saint Laurent (abiertamente gay). Lo enamoró de tal forma que la convirtió en su ciudad de residencia y hasta es enterrado allí. Es muy común ver espectáculos de transformistas en la Plaza Jamae El Fna: Gogós Drag Queen en Pasha Marrakech ó chicos prostituyéndose en los callejones de la antigua medina y subiendo con sus clientes a las habitaciones de los hoteles.
La cuestión es que mientras los gays sean extranjeros, las autoridades hacen la vista gorda, pero como sean gays locales, acaban en la cárcel. Aunque con la inestabilidad política que hay en estos países, hoy en día es toda una aventura para cualquier viajero adentrarse en la mayoría de estos países que no sean zonas específicamente acotadas para turistas extranjeros.
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