“Un mayorista transformista y un político travestido”: La que se avecina cae en los esterotipos manidos
Anoche regresaba a la parrilla de Telecinco la disparatada serie “La que se avecina” con los últimos capítulos de la novena temporada que se suspendieron en julio ante los bajos datos de audiencia. Y tengo que reconocer que el capítulo me defraudó. Se titulaba: “Un aerofóbico, un mayorista transformista y una funeraria low-cost”. Vino cargado de estereotipos sobre la diversidad sexual y recurriendo a las situaciones más disparatadas buscando siempre el chiste fácil a costa de la transexualidad y el transformismo.
Para aquellos que no habéis visto el capítulo os contamos el argumento para que juzguéis por vosotros mismos: En su desesperado intento por acercarse a su hija Alba, Antonio Recio, “el mayorista que no limpia pescado”, trata de empatizar con ella descubriendo el sorprendente mundo del transformismo. Prueba a ponerse la ropa de su mujer y las pelucas de su hija transexual y Berta le pilla y le recrimina por haberse desviado del camino de la pureza nombrando un pasaje del Deuteronomio pero Antonio le echa “el polvo del siglo”. Esa noche cenan con Alba y su novio Teo. En la televisión ponen la película de temática gay “Una jaula de grillos” y el novio de la niña hace referencia a los estereotipos de los que habla el film y Berta se va a su cuarto a llorar.
“El transformismo lo practica mucha gente y no dramatices que tú has sido bollera y les ha dado bien”, le espeta a su mujer. Así que como le gusta la experiencia, Antonio decide depilarse las piernas para que le siente mejor la minifalda. La segunda vez que se pone un vestido de su mujer se dice asimismo: “Me siento putita, qué morbazo tengo”. Pero Berta le vuelve a pillar en acción y logra despertar en su mujer “su lado más guarrillo”.
Mientras tanto el ex alcalde Enrique Pastor ha montado un partido político, el “AC-DC” y en un intento por recuperar a su mujer, la bollera mística, recurre a vestirse de mujer por consejo de Antonio, momento que aprovecha el actual alcalde para desprestigiarle y acabar con su carrera política publicando en el periódico “sus vicios ocultos” provocando el efecto contrario porque un nutrido grupo del colectivo LGBT se planta frente a la casa de Pastor para reivindicar que es su ídolo por haber tenido la valentía de mostrarse en público tal y como es.
Berta lleva a su marido a confesarse ante el padre Alejandro, que no le da la mayor importancia a los “gustos personales” de Antonio y se lo toma como juego para reavivar la chispa de la pareja “como si se viste de fallera”, le indica a su parroquiana y Antonio le pide que el tema no salga del confesionario “no vaya a ser que se corra la voz de que es julandrón”. Antonio vuelve a vestirse una vez más con la ropa de Berta, esta vez estaba esperándole y cuando ambos estaban en plena acción entra Alba y les pilla: “Me va a dar la arcada de la muerte”, les dice, “mi padre un homófobo transformista y mi madre una lesbiana reprimida”. Antonio se enfada por la interrupción y se marcha “No me castres, marimandona, me voy de compras al Corte Inglés, que estoy de bajón”, les espeta.
Columnistas en varios medios como El País y El Periódico coinciden en rechazar esta serie de humor de Telecinco a la que definen como “simple, ramplona, hija de Pajares o hermana de Torrente”. Los críticos coinciden en señalar que la serie está plagada de personajes estereotipados: Castizos, inmaduros, lesbianas, trepas, siervos, beatas enfebrecidas, toda una corte de personajes delirantes encerrados en una urbanización de las afueras de cualquier sitio y que pretenden escenificar los problemas de hoy en día por más que el resultado poco o nada tengan que ver con la realidad.
Los textos siguen siendo de una gran simpleza, coinciden en señalar los más críticos y llevan el sello de Moreno aunque hace tiempo que no la produzca. El fantasma de José Luís Moreno, tío de Alberto Caballero, creador y alma mater de ‘La que se avecina’ y su predecesora ‘Aquí no hay quien viva’, también sale a relucir.
En algunos medios incluso han calificado los diálogos de previsibles y rancios “como esos productos de los supermercados que hay que liquidar rápidamente porque han caducado y huelen”. Esos sí apoyados en un puñado de actrices y actores que merecen todos nuestros respetos. Gente con tablas, con notable vis cómica, como Jordi Sánchez, Eduardo Gómez o José Luis Gil, entre otros. Criaturas que han de sobrevivir con lo que la tele les ofrece. Por eso en la décima temporada Marina Castaño, que da vida a la psicóloga Judith Becker, ha decido abandonar la serie para evitar que se le encasille aunque reconoce que le va muy bien.
A nuestro entender, el tono de la comedia es francamente gañán, gracias a unos guiones en muchas ocasiones groseros y populacheros como ha sido el caso de este último capítulo en el que hace alusiones al transformismo que rozan lo banal. ¿Tenemos demasiados prejuicios los críticos con ‘La que se avecina’?. Te animo a que nos des tu opinión.
Laura FP actriz
Mi opinión es que las mujeres trans no somos hombres cisgenero vestidos de mujer , como tampoco la cirugía de reasignación de genero es algo que te deja la vagina muerta como dice el guión del gañan , ni tampoco usamos pelucas o debemos sufrir la discriminación al llamarnos albas recio en la calle .
Laura Fp
En mi opinión el personaje de alba recio lo debería de haber interpretado una mujer trans humorista como es Elsa Ruiz y no un tío cisgenero como es Víctor palmero .
Además el guión de muchos actores está lleno de discriminación , por ejemplo el personaje de amador Rivas , llamando a alba la peluquitas .. hay que saber que el humor que es para muchos es odio y discriminación para otras personas.
Saludos de Laura Folleco pulido mujer trans y actriz del reparto de mi vacío y yo de Adrian silvestre.